Esta carta fue leída en la reunión de la Iglesia Village enfrente de los lideres de la conferencia de Michigan.

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Querida familia de la iglesia            

He sido acusado de insubordinación, intimidación y fomento de la discordia contra los líderes de la conferencia, incluso ante el público.

Durante las últimas seis semanas mi desacuerdo con la conferencia ha aumentado, y tal vez en ocasiones ha sido demasiado fuerte. Sin embargo, ha sido en ambientes privados con otros líderes, no ante el público. Siempre ha sido mi objetivo salvar a la iglesia del dolor por el que pasa hoy.

Conrad Vine debería haber tenido, y todavía debería tener, su día en la corte. Era inapropiado presentar un caso contra él y disciplinarlo en su ausencia. Yo también debería haber estado allí como su pastor. Me invitaron la noche anterior a las 9:20 de la noche y no sabía que tenían intención de prohibirlo.

He dicho desde este púlpito que él no debería haber dicho algunas de las cosas que ha dicho; pero incluso esto es una opinión y podría estar equivocado. Sin embargo, cooperé con la conferencia e hice cumplir una prohibición que creo que se promulgó bajo un conjunto de circunstancias comprometidas; la más notable fue su ausencia y la mía de su juicio.

Puedes imaginar mi sorpresa cuando más tarde descubrí que la conferencia no nos iba a ayudar a adquirir nuestro seguro de responsabilidad profesional para la Clínica Médico Misionera hasta que “Ellos supieran que haríamos con Conrad Vine”. Mi postura siempre ha sido conocida y sigue siendo la misma. Lo he dicho en privado y lo vuelvo a decir hoy aquí. Hasta que la denominación sea sometida al mismo escrutinio que Conrad Vine, no habrá disciplina contra este hombre mientras yo sea el pastor principal.

Me expliqué en privado y ahora me veo obligado a decirlo en público que retener el seguro de responsabilidad en otro ministerio hasta que cambiemos nuestra postura sobre Conrad está mal y es del nivel más bajo de intimidación. Lo he dicho en privado y lo vuelvo a decir aquí. También es un acto de ignorancia o desafío contra los movimientos de la providencia y la salvación de las almas.

La iglesia local eligió a Conrad Vine mediante una votación de toda la iglesia; por más breve que sea el voto para afirmar el trabajo de nuestro comité de nominaciones, es una sesión de reunión de negocios. La conferencia debe reconocer la autoridad debidamente constituida de la iglesia local, así como nosotros reconocemos la de ellos.

No tenía idea de que mi trabajo estaba en peligro y me sorprendió mucho cuando el domingo, hace hoy una semana, me llamaron a la oficina de la conferencia. Me dijeron que estuviera allí a las 11:00 a. m. y que podía traer a mi esposa. Esto es lenguaje administrativo y la traducción es: “Tu vida está a punto de cambiar”. Les pedí por escrito las acusaciones en mi contra y me dijeron que no lo harían. Dije que no vendría. Más tarde ese mismo día recibí una invitación formal por correo electrónico. Yo cedí y fui.

El lunes me explicaron que era insubordinado y que intimidaba a la gente. También se afirmó que los desacuerdos anteriores que tuvimos no se resolvieron tal como pensaba. Me quedé atónito. ¿Cómo puede una persona solucionar un problema que no sabe que existe?

El martes de esta semana, 25 personas del comité de la conferencia se sentaron en una sala y discutieron las acusaciones en mi contra durante dos horas. No estuve presente para escuchar sus historias y acusaciones. Si bien estoy completamente de acuerdo en que la conferencia tiene todo el derecho a argumentar que ya no encajo dentro de la cultura de su organización, sí creo que antes de que se tome una acción tengo derecho a escuchar a mis acusadores. Para que alineen los pensamientos y sentimientos de los  elementos del debido proceso y la justicia.

Cuando mi esposa y yo comparecimos ante el comité, me dieron 30 minutos para hacer una declaración general sobre sus acusaciones de que yo era un matón e insubordinado. En el camino hacia la sala me dijeron que tal vez también quisiera hablar sobre el fomento de disensión contra la conferencia.

Durante 38 minutos hice lo mejor que pude para explicar que no era un matón y que, aunque no estaba de acuerdo con la prohibición de Conrad, lo seguí y no le permití hablar. Les expliqué que nadie pagó un precio más alto que yo por prohibir a Conrad, ya que mi nombre y mi ministerio fueron desacreditados ante los miles de espectadores como un cobarde y un hombre de institución. Le dije al comité que si yo era un (presunto) matón e insubordinado probablemente no deberían enviarme a otro distrito donde mi experiencia y mis problemas personales los pondrían en gran desventaja. Me disculpé por haber interrumpido a algunas personas en algunas de nuestras tensas discusiones durante las últimas seis semanas y salí de la sala.

Al pastor Bryce Bowman, al pastor Dennis Page, a Dan Bacchiocchi y a Toni Minikus se les permitieron 5 minutos para hablar cada uno. Suplicaron al comité que no hiciera esto y que encontrara otra manera. Luego ellos y varios otros de la Iglesia del Village abandonaron la habitación.

Durante las siguientes horas, a mis fiscales se les permitió sentarse con el jurado y luego se convirtieron en mis jueces.

El comité tomó en serio mi consejo y, en lugar de trasladarme como habían planeado originalmente, votaron a favor de ponerme en licencia administrativa.

Mi esposa y yo nos reunimos con la conferencia el miércoles a las 2 pm. El presidente de la conferencia se esforzó por decirle a mi esposa por qué me habían puesto en licencia administrativa y luego le preguntó al secretario de la conferencia si podía hacerlo. Me entristeció verlo todo.

Les expliqué a ambos que haría una declaración final y que si necesitaban despedirme, podían hacerlo en ese mismo momento. No hubo nada acalorado o desagradable en nuestra interacción, oramos juntos y nos fuimos.

Estoy seguro de que en el camino he cometido errores. Cuando me han llamado la atención, he tratado de disculparme por los errores. No soy dos hombres diferentes. Quién soy en el púlpito es quién soy en la casa y quién soy entre el pueblo de Dios. Creo que esta es la razón por la que ya no soy su pastor.

Amo a estos hombres que se han reunido aquí hoy. No tengo ninguna mala voluntad contra ellos y creía que nuestros fuertes desacuerdos a veces eran discusiones que ellos podían manejar; también creía que estaba obligado a tener estas conversaciones para cumplir con mi deber como colega líder.

El lema de mi vida ha sido, “Así como el hierro afila al hierro, así un hombre afila al otro.” Proverbios 27:17. Nunca les he hablado con malicia en mi corazón y hoy, si de alguna manera he hecho algo malo de lo que no soy consciente, estoy abierto a escuchar y comprender y estoy más que dispuesto a disculparme.

El líder de esta iglesia volteó las mesas, llamó a las personas serpientes, tumbas blanqueadas e hijos del diablo. Los acusó de ser hijos de las tinieblas y les pronunció ayes públicamente. No es la pasión o el discurso lo que lo hace incorrecto, es el odio que habita en nuestros corazones. La mejor manera que he encontrado para mantener mi corazón limpio ha sido “Hablar francamente con tu hermano, sin guardar rencor en tu corazón, sin sufrir pecado por tu cuenta y amando a tu prójimo como a ti mismo.” Levítico 19:17,18

En mi opinión ya no soy su pastor porque seguí el ejemplo y las enseñanzas de Jesús. Hablo porque me preocupan mis compañeros de trabajo que seguirán trabajando en esta conferencia después de que yo ya no esté. La iglesia es el cuerpo de creyentes, ellos han formado una organización para servir a la verdad, y hacer justicia, amar la misericordia y caminar humildemente.

Es hoy, que la iglesia decida si así es como queremos hacer negocios.

El viernes la conferencia comunicó que el seguro de la Clínica Médico Misionera ya estaba arreglado. Pero ¿qué pasa con todo el estrés y el sufrimiento incalculables que se han producido por su postura anterior? ¿Está todo mejor ahora porque ya no soy tu pastor? Esto lo decides tú.

Me duele el corazón y estoy luchando por contener las lágrimas al terminar esta carta. Amo a todos en esta sala y creo que somos capaces de hacer cosas mejores.

Que Dios los bendiga a todos mientras dialogan hoy. Estás en mis oraciones. Por favor, hazme sentir orgulloso como tu pastor y muéstrales a estos hombres el respeto que se merecen aunque creo que han cometido graves errores.

Con amor, su ex pastor principal